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Obesidad: cuando el peso si importa

La obesidad, o la acumulación anormal o excesiva de grasa en el organismo, es considerado ya una epidemia mundial: más de 800 millones de personas viven con esta enfermedad y millones más están en riesgo.

Se trata de uno de los principales factores de riesgo para numerosas enfermedades crónicas, entre las que se incluyen la diabetes, la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares, así como varios tipos de cáncer.

La principal manera de prevenir la obesidad es llevando una dieta | mucho más sana e implementar una rutina de ejercicio que permita evitar la acumulación de grasa producto de sedentarismo.

Con acciones sencillas se puede retomar el camino de una alimentación saludable:
•        Distribuir la alimentación en 4 comidas principales: desayuno, almuerzo, merienda y cena.

•        Elegir alimentos variados, de todos los grupos (lácteos descremados, carnes con bajo contenido graso, huevos, vegetales y frutas, cereales, legumbres, aceites vegetales, agua).

•        Optar por cocciones saludables, horno, parrilla, plancha, hervidas, al vapor, y evitar las frituras.

•        Consumir como mínimo 2 litros de agua por día (8 a 10 vasos).

•        Reducir la sal y el azúcar que añadimos a los alimentos, con el objetivo de apreciar el sabor natural de los mismos.

•        Preferir el consumo de alimentos naturales en lugar de ultra procesados.

La práctica regular de la actividad física es también una medida clave para prevenir y disminuir el sobrepeso y la obesidad. No hace falta comprar equipos o inscribirse en un gimnasio; pequeños cambios de rutina te pueden ayudar:

•        Aumentar el tiempo activo y de traslado de un lugar a otro (caminando, subiendo escaleras, utilizando la bicicleta).

•        Disminuir al máximo el tiempo sentado, levantarse de la silla cada 30 minutos en el trabajo, en la casa, en reuniones.

•        Realizar 60 minutos al día de actividad física, de 5 a 7 veces por semana con niños, niñas y adultos.

•        Realizar ejercicios aeróbicos de 3 a 5 veces a la semana y ejercicios de fuerza muscular 2 a 3 veces a la semana.

•        Acumular el tiempo de actividad física en varias sesiones al día, por ejemplo: 6 sesiones de 10 minutos, 3 sesiones de 20 minutos o 60 minutos en una sola sesión.

Si bien la dieta y el ejercicio contribuyen a la lucha contra la obesidad, no son los únicos factores que inciden en ella. De hecho, existen múltiples condiciones como el consumo de alcohol, el nivel de estrés, la genética, las horas de sueño o el uso de medicamentos, que también deben ser revisados por el especialista de salud.

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