Las pólizas de seguro son una herramienta importante para proteger nuestra economía, pero a menudo se subestiman sus beneficios psicológicos.
La inseguridad financiera puede ser un gran desencadenante de ansiedad y estrés en muchas personas, y las pólizas de seguro sin duda ayudan a disminuir la carga de preocupaciones y a generar así una sensación de tranquilidad.
Y no hablamos solo de reducir el efecto de la incertidumbre frente a posibles riesgos, sino de todo lo que implica afrontar cualquier evento indeseado, que es cuando más necesitamos mantener el equilibrio emocional. Las emergencias pueden ser muy estresantes y, en algunos casos, traumáticas de por sí, pero lo son aún más cuando se asocian a la incapacidad financiera para atenderlas.
Por ejemplo, si sufrimos un robo en nuestra casa, la pérdida de objetos de valor y la invasión de la privacidad pueden ser muy angustiantes. Sin embargo, si tenemos una póliza de seguro para nuestra casa, sabemos al menos que podremos reemplazar los objetos perdidos y reparar cualquier daño. De manera similar, si sufrimos una lesión o enfermedad, el estrés emocional de la situación siempre puede ser significativo, pero un buen seguro nos permite concentrarnos en el problema sin el añadido que implica un esfuerzo económico para el que probablemente no estemos preparados.