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Cuidado con las fracturas… a cualquier edad

Todos somos susceptibles de sufrir fracturas de huesos, no importa la edad que tengamos, primero por la gran cantidad de energía de desplegamos cuando somos niños o jóvenes, y luego porque progresivamente nos vamos tornando más vulnerables.

Cada etapa de la vida tiene sus «fracturas estrella». Los chiquitines, por ejemplo, son expertos en romperse muñecas, codos y huesitos de la mano mientras juegan a ser súper héroes o trepan árboles. ¡Auch! Pero bueno, la niñez es una etapa de exploración, aventura y una buena dosis de temeridad. Luego, están los adolescentes, que a veces se creen irrompibles, y también son propensos a fracturarse huesos, especialmente las extremidades durante su intensa actividad física. Y cuando nos hacemos adultos, aunque seamos más conscientes de los peligros, también corremos riesgos. Tobillos, piernas y muñecas figuran entre las fracturas más comunes cuando ya somos grandes, a veces por algo tan sencillo como una mala pisada o por intentar alguna actividad para la que ya no tenemos la  misma agilidad que cuando éramos jóvenes.

Por último, los abuelos sin duda son los que ameritan mayor prevención en materia de fracturas. A medida que envejecemos, nuestros huesos se vuelven más frágiles y vienen, entre otras, las temidas fracturas de cadera.

Que las fracturas sean tan frecuentes no quita que debamos prevenirlas sea cual sea nuestra edad. Por ejemplo, usando los debidos elementos de protección durante las prácticas deportivas, tales como cascos, rodilleras y coderas según cada caso. En casa podemos evitarnos muchos disgustos colocando alfombras antideslizantes en el baño, asegurándonos de que no haya cables atravesados que puedan provocar un accidente, y disponiendo de escaleras seguras para todo aquello que implique subirnos a cualquier altura. Y quizá lo más importante: que todos en la familia hagan ejercicio y tengan una dieta equilibrada, lo cual contribuye efectivamente a prolongar la robustez de nuestros huesos.

Algunos mitos y verdades sobre las fracturas
Las fracturas son dolorosas pero no revisten en lo inmediato una gravedad que pueda comprometer la salud o incluso la vida. FALSO: toda fractura debe ser atendida por un médico y algunas pueden generar daños de extrema gravedad.
Si sufrimos una lesión en brazo, pierna o talón, por ejemplo, y podemos mover esa parte del cuerpo, significa que no está fracturada. FALSO: El hecho de que una parte lesionada del cuerpo conserve algún grado de movilidad no implica que no haya fractura.
Las fracturas de huesos pequeños pueden tratarse en casa. FALSO: Cualquier hueso fracturado (grande o pequeño) si no recibe un buen tratamiento, puede generar secuelas funcionales.
En los adultos mayores como consecuencia de la disminución del tejido que forma los huesos por disminución de las hormonas,  los hace entre otros factores  menos resistentes y mas frágil a sufrir fracturas.   VERDADERO: Las alteraciones hormonales  hacen más susceptibles de sufrir fracturas.
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