Todos somos susceptibles de sufrir fracturas de huesos, no importa la edad que tengamos, primero por la gran cantidad de energía de desplegamos cuando somos niños o jóvenes, y luego porque progresivamente nos vamos tornando más vulnerables.
Cada etapa de la vida tiene sus «fracturas estrella». Los chiquitines, por ejemplo, son expertos en romperse muñecas, codos y huesitos de la mano mientras juegan a ser súper héroes o trepan árboles. ¡Auch! Pero bueno, la niñez es una etapa de exploración, aventura y una buena dosis de temeridad. Luego, están los adolescentes, que a veces se creen irrompibles, y también son propensos a fracturarse huesos, especialmente las extremidades durante su intensa actividad física. Y cuando nos hacemos adultos, aunque seamos más conscientes de los peligros, también corremos riesgos. Tobillos, piernas y muñecas figuran entre las fracturas más comunes cuando ya somos grandes, a veces por algo tan sencillo como una mala pisada o por intentar alguna actividad para la que ya no tenemos la misma agilidad que cuando éramos jóvenes.
Por último, los abuelos sin duda son los que ameritan mayor prevención en materia de fracturas. A medida que envejecemos, nuestros huesos se vuelven más frágiles y vienen, entre otras, las temidas fracturas de cadera.
Que las fracturas sean tan frecuentes no quita que debamos prevenirlas sea cual sea nuestra edad. Por ejemplo, usando los debidos elementos de protección durante las prácticas deportivas, tales como cascos, rodilleras y coderas según cada caso. En casa podemos evitarnos muchos disgustos colocando alfombras antideslizantes en el baño, asegurándonos de que no haya cables atravesados que puedan provocar un accidente, y disponiendo de escaleras seguras para todo aquello que implique subirnos a cualquier altura. Y quizá lo más importante: que todos en la familia hagan ejercicio y tengan una dieta equilibrada, lo cual contribuye efectivamente a prolongar la robustez de nuestros huesos.
En los adultos mayores como consecuencia de la disminución del tejido que forma los huesos por disminución de las hormonas, los hace entre otros factores menos resistentes y mas frágil a sufrir fracturas. VERDADERO: Las alteraciones hormonales hacen más susceptibles de sufrir fracturas.